martes, 31 de mayo de 2011

Sospechosos habituales

Antonio Álvarez, Jesualdo Ferreira, José Aurelio Gay, Juan Manuel Lillo, Miguel Ángel Portugal, José Antonio Camacho, Esteban Vigo y José Luis Oltra son los nombres de los entrenadores que han sido cesados a lo largo de la recién concluida temporada en la Liga BBVA. Los malos resultados, las dinámicas negativas y en definitiva los problemas deportivos de los clubes, siempre señalan en la misma dirección: el entrenador. "Es más fácil echar a un entrenador que a 25 jugadores", "necesitamos un revulsivo", ó "los resultados son los que mandan en el fútbol" son frases que se repiten temporada tras temporada.

Algunos de estos entrenadores ya estaban en sus clubes la/s temporada/s anterior/es. Son los casos de Antonio Álvarez en el Sevilla (sustituye a Manolo Jíménez en el tramo final de la anterior temporada, gana la Copa del Rey (Jiménez llevó al equipo hasta la final) y clasifica al club para la Champions League), Gay en el Zaragoza (sustituye a Marcelino García Toral a mitad de la temporada pasada, y después de coger al equipo en descenso lo mantiene en Primera División), Lillo en el Almería (sustituye a Hugo Sánchez a mitad de la temporada pasada con el equipo un punto por arriba del descenso, y mantiene la categoría holgadamente con varias semanas de antelación), Portugal en el Racing (sustituye a Juan Carlos Mandiá también la pasada temporada con el equipo al borde del descenso y logra la permanencia), Camacho (logra la permanencia en dos temporadas consecutivas), "Boquerón" Esteban (la temporada anterior logra el ascenso a la Liga BBVA con el Hércules). Sin embargo, aún cumpliendo los objetivos para los que fueron contratados en anteriores campañas, y por tanto haber demostrado su valía para dirigir a sus equipos en situaciones complicadas, desde que los resultados se tuercen se olvida todo lo anterior y el entrenador empieza a ser "cuestionado" por prensa, directivos y aficionados.

Más curioso que el tema de los entrenadores cesados durante la temporada por no conseguir los objetivos provisionales, es el caso de los entrenadores que SÍ (a mi modo de ver y desde la distancia) han cumplido los objetivos marcados cuando se hicieron cargo de sus equipos, o al menos en consonancia con la situación general del equipo en el momento que se hicieron cargo del mismo (situación clasificatoria en la que llegan al club, plantilla propia en comparación con las de los rivales con los que compite, bajas y altas de fichajes, lesiones, etc.). Martín Lasarte, Míchel, Manzano y Quique son los técnicos que a día de hoy han terminado la actual temporada 2010-2011 pero no comenzarán en el mismo club la próxima por haber sido cesados ó no renovados. Analizaremos las diferentes circunstancias de estos cuatro entrenadores:
  
Martín Lasarte se hace cargo de la Real Sociedad la temporada anterior en la Liga Adelante y asciende al equipo a la Liga BBVA. Esta temporada mantiene la categoría en la última jornada con 6 equipos jugándose el descenso. Objetivo cumplido, pero es cesado teniendo contrato en vigor sin que se sepa a ciencia cierta las causas que motivaron su despido.

José Miguel González "Míchel" salva al Getafe hace dos temporadas cuando fue contratado para sustituir a Victor Muñoz, al siguiente año logra la clasificación para la Europa League, y en la temporada recién finalizada (después de que en el verano anterior se traspasaran a sus dos mejores activos al Valencia (Soldado) y al Real Madrid (Pedro León)) logra la permanencia al igual que la Real Sociedad en la última jornada. Cumple los objetivos del club acorde al nivel de su plantilla y la de los equipos con los que compite, pero sufre más de lo previsto para mantener la categoría. No se le renueva el contrato porque "ha habido un desgaste grande".

Gregorio Manzano sustituye en la presente temporada a Antonio Álvarez y clasifica para la Europa League al Sevilla. Es eliminado tanto en la competición copera como en la europea por los equipos que a la postre fueron campeones (Real  Madrid y Oporto). Sufre durante la temporada una plaga de lesiones en todas las demarcaciones y casi todos los hombres llamados a marcar diferencias han estado de baja muchas semanas. Son los casos de Perotti, Luis Fabiano (traspasado en el último tercio de la Liga), Kanouté, y el Campeón del Mundo Jesús Navas que esta temporada ha pasado inadvertido. Queda 5º, con una plantilla cualitativamente inferior a las de Valencia y Villarreal pero no renueva el contrato debido posiblemente a que el objetivo del club era jugar Champions el año próximo.

Quique Sánchez Flores toma las riendas del Atlético de Madrid la pasada temporada después de sustituir durante la misma a Abel Resino. En liga el equipo es irregular, pero gana la Europa League y es Subcampeón de la Copa del Rey. En esta temporada gana la Supercopa de Europa y clasifica al equipo para la próxima Europa League como 7º clasificado. El Atleti traspasa con la liga comenzada a Jurado y en el mercado invernal a Simao, dos de sus jugadores más talentosos mientras que sus recambios fueron jugadores de un nivel claramente inferior a los anteriores. Después de dos títulos, una final, y dejando al equipo en Europa, a Quique no le renuevan el contrato en un momento convulso para la entidad a todos los niveles.

Como se ha evidenciado a lo largo del texto, ningún caso es igual a otro. Cada entrenador ha hecho un trabajo diferente, cada club maneja unos recursos diferentes, los objetivos son diferentes, las situaciones del día a día son diferentes y por consiguiente, los cambios de entrenador dependiendo del club y del momento que atraviese ese club, unas veces nos parecerán más justos o entendibles y otras veces nos lo parecerán menos. De lo que no cabe duda es que los entrenadores en España son considerados por los diferentes componentes del mundo del fútbol como el título de aquella película protagonizada por Kevin Spacey en 1995, son considerados Sospechosos habituales.

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