jueves, 3 de noviembre de 2011

Los condicionantes del Villarreal

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La temporada del Villarreal hasta la fecha está siendo muy pobre con respecto a sus posibilidades. El equipo que acabó cuarto clasificado la temporada anterior por delante de clubes como el Atlético de Madrid, Sevilla o Athletic Club, este año está sufriendo lo indecible para lograr sumar puntos en sus partidos de Liga y a falta de dos jornadas ya está eliminado de la Champions League. Como en todas las malas rachas, siempre hay una parte de mala suerte y otra de mala gestión por parte de alguno o de varios de los componentes de un club (jugadores, entrenador, directiva). Es probable que en el actual caso del Villarreal, el porcentaje de lo primero (infortunio), sea superior al de lo segundo (mala gestión).

Se dice que el origen de este mal inicio de curso fue la venta de Santi Cazorla al Málaga este verano y que por ahí, el equipo perdió buena parte de su potencial. La mayoría de los clubes españoles deben vender a algunos de sus mejores jugadores año tras año para poder hacer frente a los duros tiempos que corren en todos los ámbitos, más si cabe con el desigual reparto de los ingresos provenientes de la televisión. El Villarreal necesitaba vender a una de sus figuras para poder seguir compitiendo cuadrando las cuentas sin endeudarse (es uno de los pocos clubes españoles que están saneados). Las ofertas más cuantiosas que llegaron a la directiva de Fernando Roig fueron por Giuseppe Rossi y Santi Cazorla. Se decantaron por la venta de Cazorla (alrededor de los 20 millones de euros) porque el jeque del Málaga (Al-Thani) abonaba el traspaso al contado, sin pagarés ni plazos, rara avis en el fútbol de hoy día.

Después de superar la previa de la Champios Legue con más problemas de los esperados ante el Odense, vino el sorteo de la fase de grupos (en la imagen). Muy mala suerte tuvo ese día el Villarreal en Mónaco. Partía en el segundo bombo, siendo natural que le tocase uno de los grandes de Europa que figuraban en su mayoría en el bombo 1. Tocó el Bayern Munich, un coco. Hasta ahí todo normal. Pero llegó el bombo 3 y al Villarreal pudiéndole tocar equipos asequibles le cayó el gordo. El Manchester City de Agüero, Silva y compañía. Una de las mejores plantillas del planeta que por su escaso bagaje europeo (al ser un nuevo grande) no entraba como cabeza de serie. El peor equipo posible. Quedaba el 4º bombo para cerrar el grupo. En el cuarto bombo suelen estar incluidos los equipos de ligas menos potentes a los que Platini en su idea de democratizar el fútbol da cabida en la máxima competición de clubes. En ese bombo habían dos equipos duros (solo le podía tocar uno de ellos dado que el Borussia Dortmund y el Bayern Munich al ser de la misma nacionalidad no podían encuadrarse en el mismo grupo) y seis de un nivel -a priori- muy inferior. El Villarreal continuó con su mal fario y le tocó el Nápoles, un equipo de nivel similar al del propio Villarreal encuadrado en el bombo 4. 

Pero al margen del traspaso de Cazorla y del sorteo de la Champions, lo peor para un equipo -más en el caso del Villarreal donde su plantilla ya era corta de por sí- son las lesiones. El lateral derecho grancanario Ángel López todavía no ha debutado esta temporada en Liga después de 10 meses en el dique seco (disputó unos testimoniales minutos en el último partido frente al City). Hace un mes que el brasileño Nilmar está de baja por una operación de un quiste en su rodilla (hasta hoy se ha perdido por lesión cinco de las diez jornadas disputadas de Liga y dos de las cuatro de Champions). Se espera que esté un mes - mes y medio más de baja. Marcos Senna vuelve a tener problemas musculares. Si ya la temporada pasada se perdió muchos partidos, en esta se ha perdido algunos y se le ha detectado una distención muscular que le tendrá alejado del fútbol tres semanas. Los últimos en ingresar en la enfermería han sido Zapata (cinco semanas de baja), Cani (seis semanas de baja), Camuñas (sufre un esguince de tobillo) y Marco Ruben con molestias en el abductor. Pero la lesión más importante del equipo ha sido la de Rossi, lesionado de ligamentos de rodilla y tiene para seis meses. El Villarreal se ha caracterizado en los últimos años por su juego de elaboración en el centro del campo con dos delanteros rapidísimos y hábiles. Ha perdido a buena parte de su gran centro del campo (Cazorla en verano, Cani y Senna durante la competición) y a sus dos puñales en ataque (Nilmar y Rossi). Para colmo, el suplente de los delanteros también está lesionado. Sólo le queda seguir tirando del filial y tratar de reforzarse con algún jugador.

Cuando un club encadena una racha de malos resultados el entrenador suele estar en el punto de mira, sobre todo de la prensa. Se estaría siendo injusto si se cargaran las tintas sobre el actual entrenador sin tener en cuenta los muchos condicionates que han afectado al equipo. Juan Carlos Garrido ha contribuido activamente a engrandecer al Villarreal. Subió al filial a la Liga Adelante, haciendo una buena primera vuelta en la división de plata y cuando le tocó estar al frente del primer equipo lo ha llevado siempre a disputar competición europea -la Europa League primero, la Champions después- siendo uno de los equipos que más elogios ha recibido en España y en el resto del continente por su atractivo fútbol. En el comienzo liguero el equipo podía haber sumado algunos puntos más, pero no cabe duda de que el infortunio esta temporada se ha cebado con el Villarreal, un club de una ciudad de algo más de 51.000 habitantes, gestionado deportiva y económicamente de manera modélica.

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